México. En un contexto de calor extremo y trastornos del sueño al alza, el confort térmico y la calidad del aire interior se posicionan como factores clave en el diseño de viviendas orientadas al bienestar.
El confort de una vivienda ya no se mide únicamente en metros cuadrados o acabados de lujo. En un mundo donde el estrés y los trastornos del sueño van en aumento, el valor de un proyecto residencial también radica en su capacidad para promover el descanso y bienestar de sus habitantes. Esta tendencia impulsa a la industria inmobiliaria a replantear sus prioridades y a integrar soluciones que garanticen condiciones ambientales óptimas dentro del hogar.
En México, el 38 % de la población padece algún trastorno del sueño y el 45 % de los adultos presenta dificultades para dormir. Estas cifras reflejan una creciente preocupación por los factores ambientales que afectan el descanso. El calor nocturno, intensificado en 2025 por la canícula en diversas regiones del país, ha exacerbado esta problemática al dificultar aún más el sueño reparador.
Dormir en un ambiente caluroso no solo resulta incómodo, sino que interfiere con los procesos fisiológicos necesarios para un buen descanso. Por ello, especialistas en climatización subrayan la importancia de integrar tecnologías que regulen temperatura y humedad en los espacios habitacionales.
- Publicidad -"El confort térmico ya no es un lujo, es un diferenciador que responde a una creciente demanda de hogares pensados para el bienestar”, señala Ramiro Ucchino, experto en soluciones climáticas de Trane México. “Controlar la temperatura, la ventilación y la calidad del aire no solo optimiza el descanso, sino que también mejora la eficiencia energética y la sustentabilidad de los proyectos”.
Según recomendaciones internacionales, como las de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU., la temperatura ideal para dormir debe mantenerse entre 15.6 y 20 °C, con un punto óptimo de 18.3 °C, y la humedad relativa en interiores debe oscilar entre 30 % y 50 %, evitando superar el 60 %. Estos rangos permiten crear ambientes más saludables y confortables, especialmente importantes ante olas de calor como las que ha traído la actual canícula.
Además de mejorar el bienestar físico, las soluciones inteligentes de climatización aportan un valor agregado a los proyectos residenciales. “La incorporación de soluciones de aire acondicionado, como los sistemas de confort inteligentes, mejora en gran medida la experiencia del usuario, pero también aporta un valor estratégico para desarrolladores inmobiliarios, convirtiéndose en un diferenciador competitivo y en un factor de plusvalía para sus proyectos”, agrega Ucchino.
Estos sistemas permiten controlar la temperatura y la humedad desde cualquier lugar mediante dispositivos móviles, y se adaptan a los hábitos de los usuarios para optimizar el consumo energético sin sacrificar confort. Asimismo, la calidad del aire gana terreno como uno de los aspectos más valorados. “Incorporar sistemas de ventilación adecuados evita la acumulación de CO₂ y otros contaminantes, reduciendo el riesgo de alergias y mejorando la oxigenación de los espacios. A esto se suman los termostatos inteligentes, que optimizan el consumo energético al adaptar la climatización a los hábitos del usuario, ofreciendo eficiencia sin comprometer el confort”, indica el experto.
La tecnología, aplicada de forma inteligente al diseño interior, no solo transforma la manera en que se vive el hogar, sino que redefine el estándar de lo que significa habitar un espacio confortable. Así, la climatización inteligente deja de ser una tendencia para convertirse en un componente esencial del diseño residencial del futuro.