Este es uno de los artículos que más gusto me ha dado escribir ya que visitar el barco de Greenpeace Arctic Sunrise ha sido una de las mejores experiencias que he tenido.
El barco Arctic Sunrise es una de las tres embarcaciones propiedad de la asociación ambientalista Greenpeace, los otros dos son el Rainbow Warrior II y el Esperanza, los cuales se utilizan para labores de investigación y campañas de concientización sobre los problemas ambientales y de biodiversidad en todo el mundo.
Para visitar el Arctic Sunrise, que se encuentra anclado en la isla de Cozumel para apoyar la cumbre sobre cambio climático COP16 en Cancún, tuvimos que desplazarnos desde Playa del Carmen en un Ferri, lo cual nos dio la oportunidad de apreciar una vista excepcional del barco desde el mar, lo pueden comprobar en la galería de fotos en este post.
El barco no es muy grande, pero sí bastante antiguo y con una gran historia, la cual tuvimos oportunidad de escuchar de los voluntarios de Greenpeace mientras nos daban un recorrido por el barco.
El Arctic Sunrise es un rompehielos, a lo que debe su forma redondeada en la punta, ya que de este modo el barco sube en las capas de hielo y con el peso las va rompiendo. Este barco funcionó de 1975 a 1995 como un barco para la cacería de focas, una actividad totalmente opuesta a los valores ambientalistas de la asociación a la que ahora pertenece.
En 1995 Greenpeace se dio a la tarea de intentar adquirir el barco a la compañía pesquera, a lo cual la empresa se negó alegando que prefería hundir el barco antes de venderlo a Greenpeace. A lo que Greenpeace respondió con una estrategia muy inteligente. Creó una empresa llamada Arctic Sunrise Ventures que fue quien adquirió el barco de la compañía; cuando el barco ya era propiedad de Arctic Sunrise Ventures, Greenpeace desenmascaró su verdadera identidad, dejando a los cazadores de focas sin poder hacer nada al respecto.
Desde entonces la organización ambientalista se ha dado a la tarea de “limpiar el karma” del barco, dedicando sus esfuerzos a actividades ecologistas y de conciencia social.
El barco cuenta con una tripulación fija de 15 personas de 11 distintas nacionalidades, el capitán del barco es inglés. En un viaje pasado la tripulación contó con una mexicana como asistente de cocina, uno de los puestos claves en una tripulación de barco, junto con los ingenieros, ya que alimenta a toda la tripulación hasta por 4 meses en altamar.
Mide 49.62 metros de largo y 11.5 metros de ancho, viaja a una velocidad máxima de 12 nudos, pesa 949 toneladas y cuenta con 4 botes a bordo.
El Arctic Sunrise ha participa en diversas labores y campañas en sus 14 años como parte de Greenpeace, entre ellas se encuentran la documentación de los efectos del cambio climático en la Antártida, el Ártico y Alaska, detener los proyectos de las petroleras como British Petroleum (BP), detenero la caza de ballenas por parte de Japón, frenar la pesca ilegal persiguiendo barcos pirata en la Patagonia, y ha evitado pruebas de misiles nucleares de Estados Unidos, esto entre muchas otras acciones de concientización sobre el calentamiento global.
Recientemente la embarcación participó en labores de limpieza del Golfo de México en Veracruz, para contribuir a los esfuerzos para revertir algo del daño causado por el derrame de petróleo de BP.
Después de Cozumel el barco irá a Isla Mujeres a colaborar en trabajos de protección de arrecifes y de ahí navegará hasta las Bahamas donde se efectuarán labores de mantenimiento al barco y la tripulación podrá pasar navidad y año nuevo.
Algo muy interesante del barco es que cuenta con un helipuerto, y aunque es un barco antiguo tiene toda la tecnología para navegar por los mares sin dañar a la naturaleza, por ejemplo cuenta con un sistema que permite calcular cuanto espacio hay entre el fondo del barco y la superficie marina, esto sirve para no golpear rocas y no dañar los arrecifes.
En la parte más profunda del barco hay una bodega, en la que se encuentran todas las herramientas para el mantenimiento del barco, los víveres y los equipos de emergencia. En esta parte también se encuentra el área de esparcimiento, en donde los tripulantes hacen ejercicio, juegan dardos, juegan ping pong y hacen ejercicio con una máquina elíptica y cuerdas para rapelear.
En el Arctic Sunrise se predica con el ejemplo, la tripulación toma el agua del mar, la desaliniza y la usa para bañarse, lavar los platos y la ropa y las demás necesidades básicas, después le da tratamiento para regresarla al mar de forma limpia. De igual manera en el barco se separan los residuos y la basura inorgánica se lleva a los centros de reciclaje cuando el barco llega a tierra, y los residuos orgánicos se tiran de forma segura en altamar para no afectar a la biodiversidad marina.
Visitar el Arctic Sunrise ha sido una experiencia inigualable y muy recomendable, así que si tienen la oportunidad de visitar alguno de los tres barcos de Greenpeace no la desaprovechen, no se van a arrepentir, y no está de más apoyar a los proyectos de esta organización con nuestros donativos.
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Authors: Val
