Actualmente, no existe un proceso de suministro de almacén oportuno, que permita desarrollar mejoras realmente efectivas en la eficiencia de energía y que, tenga un aseguramiento de desempeño a largo plazo.
Fue interesante leer que la Fundación Clinton ha llegó a un acuerdo con un número de ciudades y bancos en todo el mundo para invertir billones en el mejoramiento de la eficiencia de energía en edificios. Esta parece ser la primera iniciativa privada enfocada en las emisiones de gas de invernadero a una escala tan masiva. Sin embargo, lo primero que llegó a mi mente cuando leía sobre este esfuerzo, fue que todo muy probablemente terminaría siendo una mala inversión. Además, sin una nueva dirección, podría hacer más mal que bien para la causa de la eficiencia de energía, como la correcta fuente de energía eléctrica.
por Thomas Hartman PE*
Veamos la razón. Desde hace años, los programas de eficiencia de energía para edificios han tenido poca o ninguna responsabilidad y, para este tiempo, lo estudios de seguimiento han mostrado que los proyectos en estos programas han sido considerablemente insuficientes para lograr sus proyectadas reducciones de energía. Cuando uno ve el verdadero potencial de la eficiencia de energía en muchos de estos proyectos, se ven mucho más grandes las discrepancias entre las reducciones de energía logrables y las reales. Esto ha sido perfecto para los servicios eléctricos que han administrado estos programas, ya que a nivel de gestión la meta real de ampliar las ventas eléctricas no ha cambiado. Los datos desarrollados a partir de los programas de conservación han sido utilizados para cuantificar y justificar la necesidad de construir nuevas plantas de energía. Se ha encontrado que la inversión en la eficiencia de energía ha limitado el potencial a largo plazo. Las empresas de servicios públicos no han hecho mucho para cambiar el enfoque, en general descuidado, hacia la eficiencia de energía. Actualmente, poseemos un grupo independiente que desea realmente que la eficiencia de energía funcione. La esperanza es que un fuerte compromiso con el mejoramiento de la eficiencia de energía en edificios, lleve a la sociedad hacia un nuevo camino para mitigar el cambio climático, que se produce de nuestras emisiones de gas de efecto invernadero. La eficiencia de energía realmente puede hacerlo y, como generalmente lo hemos dicho, si se aplica apropiadamente podría contribuir mucho a este respecto en el corto plazo. Pero debido al lánguido acercamiento a la eficiencia de energía y la falta de responsabilidad que se da en el proceso de mejoramiento del mismo, nuestra industria es la que se ha hecho cargo en las últimas décadas; actualmente no existe un proceso de suministro de almacén oportuno para desarrollar mejoramientos realmente efectivos de eficiencia de energía, que aseguren el desempeño a largo plazo. Creo que todos podemos imaginarnos los grandes actores de ingeniería y construcción haciendo largas colas con sus pulidas presentaciones y fantásticos folletos, en los que se detallan los exitosos proyectos de eficiencia que han diseñado y gestionado. Desde luego que la verdad es que, muy pocos de ellos, han tenido éxito realmente como podrían o incluso como lo han presentado, y luego de haber invertido billones de dólares, esas ciudades y bancos que participan en este programa pueden concluir, como ya lo han hecho los servicios públicos, que la eficiencia de energía tiene un potencial limitado y realmente no puede ser el mayor potencial para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en el corto plazo. Este resultado, desde luego, sería una verdadera tragedia. La única forma de impedirlo es que nosotros, los de la industria, que tenemos experiencia con los resultados positivos y negativos de los viejos y actuales programas de eficiencia energética, hablemos claro sobre la necesidad de mejorar el contenido y la responsabilidad del enfoque de nuestra industria para mejoramientos de eficiencia de edificios, en tal forma que iniciativas como esta no repitan simplemente los errores de los programas actuales.{mospagebreak} ¿Cómo promocionar más esfuerzos efectivos de eficiencia de energía? Bueno, necesitamos hacer programas de eficiencia de energía que sean similares a otras inversiones. La última vez que fui a un banco para pedir un préstamo para la adquisición de una casa nueva, el funcionario del banco se mostraba sorprendentemente desinteresado en las características y detalles que a mí me emocionaban acerca de mi nueva casa. Lo que él quería saber, era cómo podría yo asegurarle al banco que yo pagaría el préstamo. Sigo sorprendido al hablar con los gerentes de los programas de eficiencia de servicios públicos sobre cómo lo contrario es verdad. Ellos quieren saber todo sobre los detalles técnicos, pero la responsabilidad por los ahorros propuestos de energía es casi algo sin importancia (una idea tardía). Casi nunca se presenta algún requerimiento formal, que comprometa los proyectos con el logro real de los ahorros proyectados, especialmente a largo plazo. Necesitamos comunicar a las personas que se están involucrando en la promoción de la eficiencia, que los modelos disponibles actuales para mejorar la eficiencia de energía en edificios, presentan muchas fallas. Un modelo básicamente nuevo para invertir en el mejoramiento de la eficiencia de energía, ya sea para captar ahorros en dólares o para reducir emisiones, debe desarrollase, para iniciarse como un modelo financiero similar a otras inversiones. Con la actual condición de los controles y las redes integradas, los requerimientos de responsabilidad para dicho proceso financiero no requieren grandes presupuestos para medición, verificación ni comisionamientos actuales. El sistema de reporte puede construirse fácilmente en cada proyecto y, tal como sucedió con el funcionario del banco, el gerente del programa de eficiencia debe estar en capacidad, desde el computador de su escritorio, de hacer “click” sobre cada proyecto y verificar si estamos actualizados en nuestros pagos de ahorros de energía. Entonces, si tenemos la oportunidad, el consejo que necesitamos dar a la iniciativa de la Fundación Clinton y a cualquier otro programa de eficiencia de energía que quiera realmente tener éxito, es pensar como un banco, e invertir en aquellos proyectos que ofrezcan el mayor rendimiento a gran escala y que muestren ser riguroso en la responsabilidad durante el término de la inversión. Esto es clave para lograr el éxito. Tal nivel de diligencia y responsabilidad no es para nada difícil de integrar a los mejoramientos de eficiencia, pero casi siempre es inexistente en los programas de eficiencia actuales.
Veamos la razón. Desde hace años, los programas de eficiencia de energía para edificios han tenido poca o ninguna responsabilidad y, para este tiempo, lo estudios de seguimiento han mostrado que los proyectos en estos programas han sido considerablemente insuficientes para lograr sus proyectadas reducciones de energía. Cuando uno ve el verdadero potencial de la eficiencia de energía en muchos de estos proyectos, se ven mucho más grandes las discrepancias entre las reducciones de energía logrables y las reales. Esto ha sido perfecto para los servicios eléctricos que han administrado estos programas, ya que a nivel de gestión la meta real de ampliar las ventas eléctricas no ha cambiado. Los datos desarrollados a partir de los programas de conservación han sido utilizados para cuantificar y justificar la necesidad de construir nuevas plantas de energía. Se ha encontrado que la inversión en la eficiencia de energía ha limitado el potencial a largo plazo. Las empresas de servicios públicos no han hecho mucho para cambiar el enfoque, en general descuidado, hacia la eficiencia de energía. Actualmente, poseemos un grupo independiente que desea realmente que la eficiencia de energía funcione. La esperanza es que un fuerte compromiso con el mejoramiento de la eficiencia de energía en edificios, lleve a la sociedad hacia un nuevo camino para mitigar el cambio climático, que se produce de nuestras emisiones de gas de efecto invernadero. La eficiencia de energía realmente puede hacerlo y, como generalmente lo hemos dicho, si se aplica apropiadamente podría contribuir mucho a este respecto en el corto plazo. Pero debido al lánguido acercamiento a la eficiencia de energía y la falta de responsabilidad que se da en el proceso de mejoramiento del mismo, nuestra industria es la que se ha hecho cargo en las últimas décadas; actualmente no existe un proceso de suministro de almacén oportuno para desarrollar mejoramientos realmente efectivos de eficiencia de energía, que aseguren el desempeño a largo plazo. Creo que todos podemos imaginarnos los grandes actores de ingeniería y construcción haciendo largas colas con sus pulidas presentaciones y fantásticos folletos, en los que se detallan los exitosos proyectos de eficiencia que han diseñado y gestionado. Desde luego que la verdad es que, muy pocos de ellos, han tenido éxito realmente como podrían o incluso como lo han presentado, y luego de haber invertido billones de dólares, esas ciudades y bancos que participan en este programa pueden concluir, como ya lo han hecho los servicios públicos, que la eficiencia de energía tiene un potencial limitado y realmente no puede ser el mayor potencial para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en el corto plazo. Este resultado, desde luego, sería una verdadera tragedia. La única forma de impedirlo es que nosotros, los de la industria, que tenemos experiencia con los resultados positivos y negativos de los viejos y actuales programas de eficiencia energética, hablemos claro sobre la necesidad de mejorar el contenido y la responsabilidad del enfoque de nuestra industria para mejoramientos de eficiencia de edificios, en tal forma que iniciativas como esta no repitan simplemente los errores de los programas actuales.{mospagebreak} ¿Cómo promocionar más esfuerzos efectivos de eficiencia de energía? Bueno, necesitamos hacer programas de eficiencia de energía que sean similares a otras inversiones. La última vez que fui a un banco para pedir un préstamo para la adquisición de una casa nueva, el funcionario del banco se mostraba sorprendentemente desinteresado en las características y detalles que a mí me emocionaban acerca de mi nueva casa. Lo que él quería saber, era cómo podría yo asegurarle al banco que yo pagaría el préstamo. Sigo sorprendido al hablar con los gerentes de los programas de eficiencia de servicios públicos sobre cómo lo contrario es verdad. Ellos quieren saber todo sobre los detalles técnicos, pero la responsabilidad por los ahorros propuestos de energía es casi algo sin importancia (una idea tardía). Casi nunca se presenta algún requerimiento formal, que comprometa los proyectos con el logro real de los ahorros proyectados, especialmente a largo plazo. Necesitamos comunicar a las personas que se están involucrando en la promoción de la eficiencia, que los modelos disponibles actuales para mejorar la eficiencia de energía en edificios, presentan muchas fallas. Un modelo básicamente nuevo para invertir en el mejoramiento de la eficiencia de energía, ya sea para captar ahorros en dólares o para reducir emisiones, debe desarrollase, para iniciarse como un modelo financiero similar a otras inversiones. Con la actual condición de los controles y las redes integradas, los requerimientos de responsabilidad para dicho proceso financiero no requieren grandes presupuestos para medición, verificación ni comisionamientos actuales. El sistema de reporte puede construirse fácilmente en cada proyecto y, tal como sucedió con el funcionario del banco, el gerente del programa de eficiencia debe estar en capacidad, desde el computador de su escritorio, de hacer “click” sobre cada proyecto y verificar si estamos actualizados en nuestros pagos de ahorros de energía. Entonces, si tenemos la oportunidad, el consejo que necesitamos dar a la iniciativa de la Fundación Clinton y a cualquier otro programa de eficiencia de energía que quiera realmente tener éxito, es pensar como un banco, e invertir en aquellos proyectos que ofrezcan el mayor rendimiento a gran escala y que muestren ser riguroso en la responsabilidad durante el término de la inversión. Esto es clave para lograr el éxito. Tal nivel de diligencia y responsabilidad no es para nada difícil de integrar a los mejoramientos de eficiencia, pero casi siempre es inexistente en los programas de eficiencia actuales.
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