México. La logística médica de alta precisión se ha consolidado como un componente estratégico en el sector salud, donde una mínima desviación térmica puede representar pérdidas millonarias o, peor aún, poner en riesgo vidas humanas. En 2024, más de 3,200 trasplantes realizados en México dependieron de una cadena de frío rigurosa.
Los datos son contundentes: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó 3,252 trasplantes de órganos y tejidos en ese año, todos ellos dependientes de un sistema de transporte especializado y térmicamente controlado.
“El menor error logístico puede comprometer el éxito de un trasplante. No es solo enfriar, es anticiparse a lo imprevisto y actuar con precisión quirúrgica”, afirma Carlos Humberto Infante y Loya, fundador y presidente del Consejo de Administración de Kryotec, empresa especializada en soluciones logísticas sostenibles y normativamente sólidas para el sector salud.
Según la Organización Mundial de la Salud, hasta 25 % de las vacunas y 20 % de los medicamentos a nivel global se dañan por fallas en la cadena de frío. Aunque en México no hay cifras consolidadas para órganos y componentes sanguíneos, expertos coinciden en que la logística biomédica es uno de los retos más complejos y menos visibles en el sistema de salud.
La importancia de anticiparse a lo imprevisto
Conservar sangre, plaquetas, médula ósea y órganos vitales implica mantener condiciones térmicas precisas durante el transporte, incluso en medio de tráfico, cortes de energía o retrasos aduanales. Cualquier fluctuación de apenas 2 °C puede degradar estos insumos y volverlos inutilizables.
Ante este panorama, Kryotec ha impulsado el desarrollo de soluciones integrales con enfoque sostenible. Entre ellas destacan:
- Contenedores térmicos reutilizables, que mejoran la eficiencia y reducen residuos operativos.
- Protocolos de contingencia frente a incidentes durante el transporte.
- Sistemas de monitoreo continuo de variables críticas como temperatura y humedad.
- Servicios puerta a puerta con reacondicionamiento calificado, que garantizan trazabilidad total.
Estas herramientas tecnológicas, sumadas al conocimiento especializado, han transformado la logística biomédica en una inversión estratégica.
En centros de salud de todo el país, mantener la cadena de frío es una tarea constante. Desde hospitales de tercer nivel hasta bancos de sangre en regiones apartadas, cada traslado de órganos, vacunas o hemoderivados implica un riesgo logístico.
“Se trata de asegurar que cada órgano o componente biológico conserve su viabilidad, llegue en condiciones óptimas y esté listo para cumplir su propósito: salvar una vida”, concluye Infante y Loya.
Con una logística especializada, no solo se salvan vidas: también se reducen costos, se mejora la eficiencia operativa y se garantiza el cumplimiento de las regulaciones sanitarias. La cadena de frío deja de ser un requisito técnico para convertirse en un pilar estratégico del sistema de salud.